Un gran interés del ser humano esta en descubrir la complejidad de nuestra mente, su proceso histórico, no solo teniendo en cuenta la genética sino la filogenética de nuestros antepasados, es por eso que se indaga a través de la filosofía y la ciencia de la mente nuevos paradigmas de nuestro desarrollo complejo en evolución, aclarando que la mente se forma dependiendo del medio.
La selección natural determina que especies sobreviven y son capaces de adaptarse al medio, entre mayor adaptación se consideran más inteligentes, en este desarrollo hemos conformado sociedades, cada vez más inteligentes con códigos comunes, pero teniendo en cuenta que todo esta relacionado con el medio natural y ha confabulado a la multiplicidad de organizaciones donde el lenguaje se ha constituido en un elemento importante para la comprensión y transmisión de los diferentes conceptos construidos para ser evolucionados en cada generación, por lo tanto, representada en conocimiento, en un cúmulo de información que favorece al desarrollo de la cultura.
Hemos avanzado cognitivamente, esto se refleja en los adelantos del último siglo que se dan por la relación de la evolución natural y cultural.
A mediados de los ochenta, investigadores en Inteligencia Artificial (IA), observaron que la inteligencia de sistemas basados en el conocimiento no se podían simular, pues es innata en todo ser vivo, en este caso basada en animales, quienes se pueden adaptar a cualquier medio ambiente que desconocen por esta razón empezaron a modelar sistemas inteligentes basados en el comportamiento animal, especialmente, de los insectos y reptiles. Estos sistemas basados en el comportamiento han probado su eficiencia hasta ciertos niveles de complejidad, simulando satisfactoriamente ciertos comportamiento de insectos, donde las propiedades inteligentes de estos sistemas tanto natural como artificial se relacionan directamente con el cuerpo, esto comprueba que los mecanismos neuronales se entrelazan en relación con el cuerpo y el medio natural, estos son suficientes para que los sistemas se adapten y expongan su inteligencia.
Según, Minsky (1984), menciona que de forma similar, una neurona no tiene inteligencia. Pero billones de neuronas interactuando entre sí pueden dar cabida a algo que llamamos mente, la cual es emergente. Es por esto, que la inteligencia artificial también busca simular una mente emergente, a partir de componentes más simples los cuales no se consideran inteligentes.
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