Filosofía un espacio de comprensión, de construcción y de contemplación del hombre en su proceso de ser humano, lastimosamente, tratada como una asignatura más en la educación media y vista por la mayoría de estudiantes como una clase pesada y aburrida. ¿Donde ha quedado la capacidad de contemplación e indagación, la actitud de curiosidad de los primeros años en la escuela? Y ¿Qué paso con la capacidad innata de búsqueda y asombro de estos primeros años?
Retomo las palabras de Matthew Lipman, “Sí queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a los niños (as) para que piensen por sí mismos”, una tarea necesaria a una exigencia actual, a una educación que debe comprometerse a estimular para una “Sociedad del Conocimiento”. Lipman y Ann Margaret Sharp, (1969), empiezan a trabajar en este tema, diseñando el programa de Filosofía para Niños (FpN), como respuesta a una problemática que observaron entre sus estudiantes en la Universidad de Nueva Jersey, que se aplica, actualmente, en más de cincuenta países, no se propone convertir a los niños en filósofos profesionales, sino desarrollar y mantener viva en ellos una actitud crítica, creativa y cuidadosa del otro.
Surgen muchas preguntas, entre ellas, como realizar este trabajo desde el aula y con estudiantes desde educación parvularia. Tenemos espacios que posiblemente no se han aprovechado, como el Rincón de literatura y el Rincón de ciencias, donde no solo consiste en tener algunos cuentos o instrumentos en sus manos, porque no ir más allá, que a partir de estos espacios se generé la indagación que surgen con los interrogantes de los mismos niños (as) y que conlleve a la construcción de relatos y proyectos construidos por todo el grupo durante el año escolar, para ser finalmente argumentados por los propios niños (as). Favoreciendo la estimulación de las habilidades del pensamiento y las habilidades sociales. Es importante crear comunidades de indagación dentro de la escuela, desde la educación temprana, promoviendo a que los (as) educadores trabajen solidariamente en forma interdisciplinaria para estimular la comprensión, el entendimiento del punto de vista de los demás, de lo que le rodea y de la sociedad en la que viven, de esta manera estamos estimulando el desarrollo del Pensamiento Crítico en sus estudiantes. Una de las estrategias principales, consiste el arte de las preguntas, una capacidad importante en este trabajo, el formular buenas preguntas, primero esta en manos del profesor o del responsable del grupo y más tarde en manos de cada integrante de la comunidad de indagación (estudiantes).
La literatura y creaciones literarias por parte de la comunidad de estudiantes son una de las estrategias recomendadas para este trabajo, a partir de la metáfora y del cuestionamiento van surgiendo construcciones y a la vez resolviendo situaciones, esto conlleva, a un trabajo cíclico que no tiene fin, dando paso a la imaginación y constante creación por parte de cada estudiante, educadores y padres de familia, puesto que en la comunidad de indagación es importante que participen todos los actores que influyen en la educación.
Por lo tanto, se toma como fundamento su inteligencia, creatividad y riquísima imaginación para generar sus propias conclusiones y respuestas a preguntas; ¿Por qué?, ¿Para qué?, ¿Cómo..?, ¿Qué es eso?, entre otras, que le permiten ampliar las habilidades cognitivas, comunicativas y socioafectivas para la formación de una generación crítica, apasionada por el conocimiento y amante por la vida.
Por lo tanto, se toma como fundamento su inteligencia, creatividad y riquísima imaginación para generar sus propias conclusiones y respuestas a preguntas; ¿Por qué?, ¿Para qué?, ¿Cómo..?, ¿Qué es eso?, entre otras, que le permiten ampliar las habilidades cognitivas, comunicativas y socioafectivas para la formación de una generación crítica, apasionada por el conocimiento y amante por la vida.
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