Actualmente, en una época de comida rápida, de Stress, de mecanicismo, de información y de poca comprensión, de productos inmediatos, la Inteligencia Emocional se ha convertido en un tema de interés en todas las disciplinas, especialmente, en la educación, con una generación que ha abarcado otros espacios para aprender, “La virtualidad”, creando otros códigos de información e interacción entre sus pares, cada vez más cercanos o más lejanos, de acuerdo a la relación que estemos estableciendo en el espacio familiar y escolar.
En Chile, el último año se incremento la violencia en el aula de clase, aflorando a otras clases de violencia escolar “El Bullying”, como consecuencia del mayor acceso a Internet, por medio de la información deliberada en Fotolog, comunidades virtuales como Facebook, entre otros, donde exponen su intimidad, pasando a ser objetos de amenazas, humillaciones y acoso sexual (“Grooming”) en la red hasta llegar a la propia muerte. Una situación que no solo le compete a los padres de familia, la escuela sino del gobierno. ¿En qué se ha fallado durante el proceso?
Una de las mayores preocupaciones del gobierno esta en la pobreza, pero que pasa con las otras realidades, como la “Educación”, en diseñar políticas claras y concretas que apunten a potenciar el “Enseñar a pensar”, “Enseñar Ser” y “Enseñar a Hacer”, en relación a un aprendizaje socioemocional que conlleve a mediar las diferencias en la resolución de situaciones y en la biodiversidad cultural, a la vez la capacidad resiliente ante el conflicto, donde no solo se elabore un plan de trabajo en la escuela sino entre padres de familia, a través de Escuela de Padres, que integre los dos espacios que fortalecen la Inteligencia Emocional.
En Chile, el último año se incremento la violencia en el aula de clase, aflorando a otras clases de violencia escolar “El Bullying”, como consecuencia del mayor acceso a Internet, por medio de la información deliberada en Fotolog, comunidades virtuales como Facebook, entre otros, donde exponen su intimidad, pasando a ser objetos de amenazas, humillaciones y acoso sexual (“Grooming”) en la red hasta llegar a la propia muerte. Una situación que no solo le compete a los padres de familia, la escuela sino del gobierno. ¿En qué se ha fallado durante el proceso?
Una de las mayores preocupaciones del gobierno esta en la pobreza, pero que pasa con las otras realidades, como la “Educación”, en diseñar políticas claras y concretas que apunten a potenciar el “Enseñar a pensar”, “Enseñar Ser” y “Enseñar a Hacer”, en relación a un aprendizaje socioemocional que conlleve a mediar las diferencias en la resolución de situaciones y en la biodiversidad cultural, a la vez la capacidad resiliente ante el conflicto, donde no solo se elabore un plan de trabajo en la escuela sino entre padres de familia, a través de Escuela de Padres, que integre los dos espacios que fortalecen la Inteligencia Emocional.
El Termino “Inteligencia Emocional” (IE), aparece por primera vez en 1990 por los psicólogos americanos, Peter Salovey y John Mayer, quienes consideran la importancia de dar prioridad a tres bucles importantes en el ser humano “Motivación – Cognición - Emoción”, que son diferentes y complejos entre sí.
Es una inteligencia genuina basada en el uso adaptativo de las emociones en nuestra cognición de forma que cada persona pueda resolver problemas y adaptarse eficazmente al ambiente por medio de diferentes habilidades. En 1995, Daniel Goleman rescata el término para el desarrollo laboral y se enfoca en los conocimientos de la neurofisiología del cerebro un pilar básico en la teoría de la inteligencia emocional.
La Inteligencia Emocional influye durante toda la vida de manera decisiva en la adaptación social y para el desarrollo laboral, las investigaciones han comprobado que los estudiantes con poca inteligencia emocional tienen una autoestima más baja, mayor sintomatología depresiva, ansiosa e índices mayores de consumo de drogas y violencia.
La Inteligencia Emocional influye durante toda la vida de manera decisiva en la adaptación social y para el desarrollo laboral, las investigaciones han comprobado que los estudiantes con poca inteligencia emocional tienen una autoestima más baja, mayor sintomatología depresiva, ansiosa e índices mayores de consumo de drogas y violencia.
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